Somos bastante reacios a reconocer que hay algo en nuestro puesto de trabajo que no controlamos del todo bien… y sin embargo, a la vez, como empleados nos sentimos “ninguneado” cuando no cuentan con nosotros para el desarrollo profesional… ¿por qué?
Estadísticamente hablando, la mayor parte de nosotros preferimos de alguna forma la estabilidad y las formaciones suelen aparecer como antesala de cambios. Nosotros queremos aprender pero solo las cosas que nos interesan y decidir el momento en el que las aprenderemos. De ahí que muchas formaciones no lleguen en el momento correcto o a la persona indicada.
A las fuerzas que promueven el cambio generalmente poco le importa nuestra estabilidad sin darse cuenta de lo que esto afecta a la motivación y con ello a la efectividad de este aprendizaje.
Hay un artículo en “The Center for Leadership Studies” que explica la diferencia entre Macro motivación y Micro motivación:
Macro motivación: se centra en la carrera profesional.. ¿estoy en el trabajo correcto?¿apoyo los cambios de la dirección? ¿estoy en la compañía correcta? Las circunstancias de este cambio se sienten como una oportunidad o como una amenaza?
Micro Motivación: ¿cuánto de lo que sé hacer seguirá siendo útil?¿cuánto tiempo me llevará aprender nuevas habilidades?¿seré válido?
Si la formación no llega en el momento adecuado o a la persona correcta lo que se genera es miedo, rechazo y hasta cierta desconfianza hacia la empresa.. tanto si estas dentro de la formación (por las dudas sobre tu valía) como si estas fuera(por sentirte excluido de una promoción próxima.
Es fundamental para tener éxito a la hora de seleccionar un programa formativo tener en cuenta que la adaptación al perfil, el seguimiento por parte de los líderes del cambio y la motivación del formado son la base de un aprendizaje real y una excelente capacitación.
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