Muchas son las empresas que intentan mejorar los resultados implantando cambios en la manera de hacer las cosas sin siquiera cuestionarse realmente qué es lo que quieren mejorar y sobre todo por qué.
He visto cambiar equipos enteros simplemente porque no se “adaptaban” a las nuevas formas dejando escapar perfiles que eran muy valiosos para ellas. Así la empresa se suele quedar no sólo sin esa transformación que tanto ansiaba sino también sin un equipo preparado para afrontarla.
Según Sandra Romain, en su libro “Transformando organizaciones” habla sobre la importancia de no perder de vista cuatro parámetros individuales que hace que las personas nos sumemos a ese cambio o nos resistamos a él:
- La capacidad para entender el cambio. El por qué, el para qué y lo que supone para mí y mi trabajo.
- La voluntad de aceptarlo. En muchas ocasiones el miedo a perder el empleo, a perder mi puesto, a NO SER VÁLIDO, genera una resistencia interna muy difícil de combatir.
- La velocidad con que se interioriza. Adaptarse y comprenderlo requiere su tiempo.
- La manera, correcta o no, de implantarlo en el día a día. La formación recibida y las habilidades propias.
Desde luego entender la diferencia entre la Gestión de proyectos y la Gestión del cambio es indispensable para tener éxito a la hora de implantar un nuevo proceso, herramienta o simplemente la tan temida “Transformación digital” que hoy nos rodea.
Aún en plena era digital somos las PERSONAS las que lideramos los cambios y las que somos capaces, sobre todo, de hacerlo real.
Una respuesta
Sin duda, nosotros, las personas somos a la vez los grandes motores y frenos del cambio.
Saber gestionar el cambio en un equipo u organización es fundamental para su crecimiento sostenible.
Gracias por el post Virginia!!
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